El cuerpo fue hallado en un coche aparcado en un descampado de la calle Virgen del Lluch
La tranquilidad del barrio de la Aguja, en el distrito valenciano de Olivereta, se vio alterada este domingo por la aparición del cuerpo sin vida de un hombre de 49 años dentro de su propio vehículo. El hallazgo se produjo en un descampado utilizado como aparcamiento informal, situado junto a la calle Virgen del Lluch y en las inmediaciones de la abandonada Alquería de Ponsa, un enclave conocido por su carácter semiurbano y por la presencia de antiguas viviendas unifamiliares.
Restos de vómito
Fue la pareja del fallecido quien, alertada por la falta de respuesta a sus llamadas durante la mañana, decidió acudir al lugar donde la noche anterior se habían separado. El hombre, según indican fuentes cercanas, no se encontraba en buen estado la noche anterior y prefirió quedarse dentro del coche, alegando que no se sentía capaz de volver a casa. La mujer, preocupada, regresó a primera hora de la mañana y, al encontrarlo inmóvil en el interior del vehículo, dio aviso inmediato a los servicios de emergencias.
Al llegar al lugar, los sanitarios solo pudieron certificar el fallecimiento. Según ha trascendido, el cuerpo se encontraba en la parte trasera del coche y presentaba una herida visible en la frente, aunque no se apreciaban signos de violencia ni indicios de que hubiera intervenido una tercera persona.
El interior del coche, según fuentes policiales, presentaba restos de vómito, lo que ha llevado a pensar que podría tratarse de una muerte accidental provocada por un atragantamiento, un consumo excesivo de alcohol o incluso una caída accidental al intentar salir del vehículo.
Sin indicios de criminalidad
Desde la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana se ha confirmado que se ha abierto una investigación para esclarecer los hechos, aunque en ningún momento se ha manejado la hipótesis de una muerte violenta. Aun así, se han activado los protocolos habituales, y al lugar acudieron tanto agentes de la Policía Judicial como de la Policía Científica, quienes tomaron muestras y fotografías del entorno, así como declaraciones de los testigos más próximos, incluida la pareja del fallecido.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde se le practicará la autopsia. Será este examen forense el que determine con exactitud la causa de la muerte: si esta fue provocada por una intoxicación etílica, un atragantamiento, una caída, o una combinación de factores. La herida en la frente, aunque visible, no presentaba características que hicieran pensar en una agresión. La autopsia será clave para cerrar definitivamente el caso como muerte accidental.
Tras la retirada del cuerpo por parte de los servicios funerarios, varios familiares del fallecido se desplazaron hasta el lugar de los hechos, acompañados por agentes de la Policía Nacional. El vehículo, por el momento, ha quedado estacionado en el mismo lugar, a la espera de la autorización judicial para su retirada o análisis más profundo si fuera necesario.
Un entorno degradado y olvidado
El lugar del hallazgo, junto a la histórica Alquería de Ponsa, se ha convertido con el paso del tiempo en una zona de aparcamiento improvisado, con escasa iluminación y mantenimiento. Los vecinos han denunciado en otras ocasiones el abandono de esta parte del barrio, donde es habitual ver vehículos estacionados durante largos periodos sin control aparente.
Este suceso ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de rehabilitar espacios degradados de la ciudad, así como de mejorar la presencia de servicios y vigilancia en estos puntos urbanos que, a pesar de estar integrados en la trama de la ciudad, permanecen en cierto modo olvidados.
Aunque todo apunta a una desgracia de índole personal y sin connotaciones delictivas, la escena del hallazgo, la forma en que ocurrió y el contexto del entorno urbano han generado una mezcla de consternación y reflexión entre los vecinos del distrito de Olivereta.
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