La víctima logró escapar tras casi dos semanas retenida por su pareja, quien la encerró, la agredió sexualmente y grabó los abusos sin su consentimiento
Un nuevo caso de violencia machista ha sacudido a la localidad valenciana de Llíria. La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 57 años, de nacionalidad española, acusado de haber mantenido encerrada y sometida a malos tratos a su pareja durante casi dos semanas. La investigación, bautizada como operación ‘Amarres’, ha destapado un complejo entramado de delitos que van desde agresiones sexuales hasta tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.
Encierro forzado y control total
La mujer, víctima de este brutal episodio, logró escapar del domicilio donde permanecía cautiva y denunciar los hechos tras conseguir contactar con una expareja a través de WhatsApp. Fue este hombre quien, tras recibir un mensaje de auxilio en el que la víctima le decía que llevaba doce días encerrada contra su voluntad, acudió directamente a la comandancia de la Guardia Civil para alertar de la situación. Mientras se encontraba allí, recibió otro mensaje donde la mujer confirmaba que había conseguido huir aprovechando un descuido de su agresor.
La víctima, visiblemente afectada, se presentó en las instalaciones de la Guardia Civil en Llíria para relatar con detalle lo ocurrido. Según su testimonio, durante los días que permaneció encerrada, fue obligada repetidamente a mantener relaciones sexuales no consentidas, algunas de las cuales fueron grabadas por el presunto agresor. La mujer afirmó que vivió sometida a un control constante, sin posibilidad de comunicarse con el exterior, ya que le habían retirado el acceso a internet y a cualquier tipo de teléfono móvil.
Además, aseguró que su pareja la encerraba con llave cada vez que salía del domicilio para evitar cualquier intento de huida. Esta dinámica de encierro y sometimiento prolongado hace que los investigadores consideren los hechos especialmente graves, al tratarse de un caso de violencia de género con múltiples agravantes.
Armas, drogas y material informático
Una vez confirmada la denuncia de la víctima, la Guardia Civil puso en marcha un operativo discreto para vigilar el entorno del presunto autor de los hechos, evitando que este pudiera darse a la fuga. Al mismo tiempo, los agentes solicitaron una orden judicial para acceder a la vivienda, cuyo registro se llevó a cabo en la madrugada del 28 de julio.
Durante la intervención, los agentes incautaron un arsenal compuesto por dos revólveres, una pistola, una escopeta del calibre 12 y abundante munición. Todas las armas estaban modificadas y eran de tenencia ilegal. Además, hallaron 47 gramos de cocaína, utensilios utilizados para su procesamiento y posterior venta, así como múltiples dispositivos electrónicos destinados al almacenamiento de datos.

El análisis del material informático permitió confirmar la existencia de vídeos de carácter sexual grabados sin consentimiento, tanto de la víctima como de anteriores parejas del detenido, lo que agrava aún más el alcance del caso. La declaración de la mujer también reveló que su agresor era una persona extremadamente violenta y que ya se dedicaba con anterioridad a actividades relacionadas con el tráfico de drogas.
El detenido fue arrestado en su propio domicilio y trasladado a dependencias policiales. Sobre él pesan graves acusaciones por los delitos de detención ilegal y agresión sexual, ambos en el marco de la violencia de género, además de cargos por tenencia ilícita de armas, municiones y por tráfico de drogas.

Las diligencias del caso han sido remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Llíria, que se encargará de coordinar las actuaciones judiciales pertinentes.
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