El peligro oculto de la gripe: así puede desencadenar un infarto o un ictus y otras posibles complicaciones
La gripe vuelve a circular con fuerza este invierno y, aunque para muchas personas supone sólo unos días de malestar, los expertos advierten de que puede derivar en complicaciones graves como neumonía, miocarditis, infarto, ictus, o incluso descompensaciones metabólicas en personas con patologías crónicas.
La vacunación, recuerdan los especialistas, continúa siendo la herramienta más eficaz para reducir el riesgo de cuadros graves, de hospitalizaciones, y de mortalidad, especialmente en población vulnerable como los mayores, las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con diabetes, los enfermos de EPOC, o las personas con inmunosupresión.
Según el Ministerio de Sanidad, entre las principales complicaciones de la gripe se encontrarían la neumonía, la otitis, la sinusitis, las rabdomiólisis, o bien un empeoramiento de la enfermedad crónica de base. “Otras menos frecuentes, pero graves, son las encefalitis, o el síndrome de Reye (encefalopatía producida en población infantil relacionada con consumo de salicilatos como ácido acetilsalicílico)”, apunta.
En concreto, alerta la cartera que dirige la ministra Mónica García que quienes tienen un mayor riesgo de complicaciones y de mayor mortalidad son los prematuros hasta los 24 meses, las personas mayores, las personas inmunodeprimidas o con enfermedades crónicas, así como las embarazadas.
Cuidado con las bronquitis y con la neumonía
En Europa Press Salud Infosalus entrevistamos a varios expertos en el manejo de la gripe, y en primer lugar al médico de familia Álvaro Morán Bayón, coordinador del Grupo de Trabajo de Infecciones, Migrante, Vacunas y Actividades Preventivas (IMVAP) quien subraya que entre las principales complicaciones de la gripe, y más conocidas, por la población son la bronquitis y la neumonía.
“También puede provocar inflamación a nivel del corazón (miocarditis y pericarditis) y, se ha demostrado que las semanas siguientes a tener una gripe aumenta en gran medida la probabilidad de tener un infarto o un ictus”, avisa este experto.
Mientras, el doctor Fernando Moraga-Llop, portavoz y vocal sénior de la Asociación Española de Vacunología, insiste precisamente en este último punto: “La vacuna de la gripe previene las complicaciones, favorece una sintomatología más leve, las hospitalizaciones, el que las personas vayan a la UCI, y un efecto sobre la mortalidad y una serie de efectos que las personas no valoran o no conocen bien. La vacuna protege y disminuye el riesgo de una persona con gripe de sufrir accidentes cardiovasculares, infartos, o ictus, fundamentalmente, en el año siguiente a tener la gripe, pero sobre todo en el periodo más inmediato después de tener la gripe”.
En el caso de los diabéticos, “un grupo de alto riesgo”, tal y como precisa, subraya que la gripe es responsable de descompensaciones con aparición de episodios de hiperglucemia, otro factor de riesgo más, aparte del cardiovascular.
En este contexto, este experto en vacunas recuerda que podemos contagiarnos a pesar de estar vacunados porque la efectividad de la vacuna no es del 100%: “La vacuna de la gripe tiene una efectividad variable cada año, y depende de una mayor o menor concordancia con el virus que circula en aquel momento. Si desde que se elaboró la vacuna hasta el inicio de la epidemia el virus sufre mutaciones, como ha sucedido este año, la efectividad se dará, pero será menor”.
Diferenciar la gripe del COVID-19
Con todo ello, preguntamos cómo puede la población diferenciar los síntomas de gripe, con los de COVID-19, y de otros virus respiratorios que también están circulando. Desde SEMERGEN, Álvaro Morán Bayón, precisa que las infecciones que ocurren principalmente en el periodo invernal (gripe, VRS, COVID-19, etc.) producen síntomas muy parecidos, si bien indica que, este año predomina la tos, la congestión nasal, el malestar general, el dolor de garganta, y la fiebre. “Cuando estamos ante un paciente con estos síntomas no podemos diferenciar qué tipo de infección es, aunque en los cuadros leves el tratamiento es muy similar y no cambia mucho las recomendaciones que hacemos al paciente”, aclara.
La forma que tenemos hoy en día de saber qué tipo de infección es son las pruebas de virus, según prosigue, y que ahora están accesibles en todas las farmacias. “Es importante conocer los virus sobre todo en caso de ingreso y de cuadros más graves donde el tratamiento puede variar más”, ahonda este experto.
Desde el Ministerio de Sanidad recuerdan que las personas que contraen la gripe a menudo presentan algunos de los siguientes síntomas: fiebre, dolor faríngeo, mucosidad nasal, tos seca, cefalea, mialgias y astenia. “La clínica tiene una duración aproximada de 5 a 7 días, aunque la tos puede durar más de 2 semanas. En la infancia, a su vez, se pueden asociar vómitos y diarrea, siendo infrecuentes en la población adulta. En los pacientes mayores el síntoma inicial puede ser el empeoramiento de las enfermedades subyacentes, y es posible que no se presente fiebre”, apunta la cartera.
Protegernos de la infección
El periodo de incubación de la gripe ronda generalmente los 2 días (1-4 días) y se transmite de persona a persona por contacto directo, a través de las gotitas respiratorias producidas por una persona contagiada fundamentalmente.
Por eso, aparte de la vacunación, desde SEMERGEN este especialista en medicina familiar y comunitaria mantiene que a la hora de prevenir la gripe es esencial el lavado de manos de manera frecuente, el uso de mascarillas en caso de comienzo de síntomas, o si estamos en contacto con personas que tengan síntomas, o en lugares cerrados muy concurridos y la vacunación.
Incide igualmente en que es especialmente importante en estos casos la vacunación, al tratarse de la “medida preventiva más importante que tenemos” para combatir algunas enfermedades infecciosas. Argumenta que al ponernos una vacuna lo que logramos es que nuestro sistema inmunitario ‘entrene’ y, cuando se enfrente a la infección para la que está diseñada, hace que la respuesta sea mayor y estemos más prevenidos a la hora de desarrollar cuadros graves de la enfermedad.
También, dice que cuando tenemos tasas de vacunación elevadas, al evitar contagios disminuye la transmisión de la enfermedad entre las personas. “Los últimos años se está viendo que muchas vacunas también previenen infartos, ictus, demencias; o, como por ejemplo, en el caso concreto de la vacuna del virus del papiloma humano, que previene del cáncer”, apostilla el miembro de SEMERGEN.
Finalmente, la portavoz de la SEIMC, la doctora María Tomás, aparte de vacunarse, aconseja la ventilación adecuada en las escuelas, en el transporte público, y en los lugares de trabajo y residencias; así como el uso de mascarillas en hospitales, residencias y en entornos de personas vulnerables, especialmente cuando hay mayor incidencia de circulación del virus; quedarse en casa si se presentan síntomas para cortar la cadena de transmisión; también la higiene de manos; y la realización de diagnósticos rápidos para administrar de forma temprana los antivirales en los casos en los que sea necesario para evitar complicaciones, “a día de hoy efectivos frente a esta variante de la gripe”.
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