Una pareja descubre que su malestar crónico era por un presunto envenenamiento a manos de un familiar
Lo que parecía un caso médico sin explicación se ha convertido en un inquietante suceso que ha conmocionado a los vecinos de Requena. Una pareja llevaba meses sufriendo graves episodios de malestar estomacal, con ingresos hospitalarios en la UCI por lo que se sospechaba era una intoxicación alimentaria. Sin embargo, ninguna prueba médica lograba esclarecer el origen de esos síntomas, que minaban lentamente su salud física y mental. La respuesta, inesperada y escalofriante, llegó cuando decidieron instalar una microcámara en su propia cocina.
Descubren al supuesto autor
En mayo, cansados de los episodios recurrentes y sin diagnóstico claro, los afectados optaron por colocar dispositivos de vigilancia en su vivienda. El resultado fue sorprendente: en las grabaciones aparecía el tío de ella entrando en su casa sin autorización, moviéndose con sigilo y manipulando objetos en la cocina. Este hombre, con el que la familia mantiene una larga disputa por motivos relacionados con una herencia, fue captado portando un bote blanco que agitaba antes de dirigirse hacia la nevera.
Tal como relatan los compañeros de LAS PROVINCIAS, en las imágenes se escucha un sonido “perfectamente compatible con la apertura de la nevera”, y se ve al sospechoso manipulando lo que parece un bote de kétchup. Su atuendo no pasaba desapercibido: ropa oscura de manga larga, gorra y guantes para no dejar huellas. Toda una escena que sugiere premeditación y ocultación.
Tras este descubrimiento, la pareja acudió a la Guardia Civil para presentar denuncia. Los agentes del equipo de Policía Judicial de Requena asumieron el caso de inmediato y empezaron a reunir pruebas. Al sospechoso, de 52 años, se le imputan dos delitos de tentativa de homicidio y allanamiento de morada.
Obstáculos judiciales
A pesar de la gravedad de los hechos y de las imágenes incriminatorias, la investigación se topó con trabas en su inicio. Las diligencias se enviaron a reparto judicial, y no fue hasta 17 días después que el Juzgado de Instrucción número 4 de Requena autorizó el registro en casa del sospechoso. Un retraso que, según fuentes próximas al caso, pudo haber servido para que el implicado eliminara pruebas.
No obstante, durante el registro, la Guardia Civil halló en su domicilio diversas sustancias potencialmente peligrosas, como matarratas, herbicidas e insecticidas. Sin embargo, el bote blanco que aparece en las grabaciones no fue localizado. A pesar de ello, el conjunto de indicios resulta inquietante y ha puesto en alerta a la comunidad.
¿Libertad para el investigado?
Lo más llamativo del proceso ha sido la decisión judicial posterior. A pesar de las pruebas visuales y del testimonio de las víctimas, la jueza del caso decretó la libertad del investigado, sin imponer siquiera una orden de alejamiento respecto a la pareja afectada. En el auto, se argumenta que “a día de hoy no existen indicios suficientes de causalidad” entre las acciones del detenido y las intoxicaciones sufridas, debido a que aún no se han practicado análisis de las sustancias presuntamente utilizadas.
Como única medida cautelar, el presunto autor debe presentarse dos veces al mes a firmar ante el juzgado. Mientras tanto, la pareja ha tenido que abandonar su domicilio y permanece bajo tratamiento psicológico, temiendo por su seguridad ante la posibilidad de nuevos episodios.
Este caso, que ha causado gran conmoción en Requena, evidencia las dificultades a las que se enfrentan las víctimas para protegerse incluso cuando existen indicios claros de que su vida ha estado en peligro. También plantea interrogantes sobre la agilidad del sistema judicial a la hora de actuar en situaciones en las que la prueba clave está ya grabada y documentada.
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